Derechos Humanos y sustentabilidad
Recién a mediados del siglo XX comenzó a desarrollarse el concepto de sustentabilidad. Hasta hace unas décadas primaba todavía el proyecto de la Modernidad de dominio científico del mundo que incluía la separación de la naturaleza y la cultura y la idea de un progreso indefinido. A la luz de los hechos de la realidad esta idea entró en crisis. En 1972, en la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, se presenta el primer reconocimiento oficial sobre la crisis ecológica que muchas organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales ya venían denunciando. En 1980 se publica el “Informe Global 2000”, primer diagnóstico sobre el estado del planeta que muestra una gravedad mayor que la esperada.
El informe “Nuestro Futuro Común”, también conocido como “Informe Brundtland” por el apellido de su autora, fue presentado en 1987 por la Comisión Mundial Para el Medio Ambiente y el Desarrollo de las Naciones Unidas. Ese informe mostró que el camino que la sociedad global había tomado estaba destruyendo el ambiente y llevando a cada vez más personas a la pobreza. Se postulaba que la protección ambiental para tener éxito debía ser una tarea global y no sólo nacional o regional. Al mismo tiempo señalaba que desarrollo y ambiente son dos cuestiones inseparables. Este documento instaló, tanto en la academia como en las políticas públicas, el concepto de desarrollo sustentable definido como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la resolución de las necesidades de las futuras generaciones. Este concepto fue incorporado a todos los programas de las Naciones Unidas y fue el eje de la Cumbre de la Tierra realizada en Río de Janeiro en 1992. La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo estableció como uno de sus principios que “El derecho al desarrollo debe ejercerse en forma tal que responda equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras”.
El concepto de Desarrollo Sustentable ha sido y continúa siendo interpretado de diversas formas, esto se debe a que los términos que lo definen presentan aspectos difusos, uno de los principales es no especificar cuáles son las necesidades presentes y futuras. En esta definición oficial se pasa por alto las distintas formas en que las sociedades satisfacen sus necesidades, como así tampoco se considera la posibilidad de que éstas aspiren a futuros distintos. La idea de “necesidad” y las formas en que las mismas deben ser satisfechas corresponden a una construcción social basada en múltiples variables (Max Neef, 1996) 1.
Veinte años después se llevó a cabo la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, más conocida como “Cumbre de la Tierra Río+20”.
El objetivo del evento, que se realizó en Brasil, fue evaluar los avances logrados respecto de los compromisos asumidos durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, en la cual se adoptaron los Principios de Río y el “Programa 21”, un modelo para la acción a nivel global, nacional y local sobre un amplio espectro de temas ambientales y de desarrollo.
Alrededor de la Cumbre Río+20 se empezó a debatir acerca de la relación entre el desarrollo sustentable y los derechos humanos. Amnistía Internacional y Human Rights Watch instaron a países de todo el mundo a reafirmar la obligación jurídica de todos los Estados de respetar, proteger y asegurar el goce de todos los derechos humanos, los cuales son indispensables para el desarrollo sustentable. Las investigaciones efectuadas por Human Rights Watch y Amnistía Internacional mostraban como muchas iniciativas de desarrollo económico que no incorporan obligaciones ni principios de derechos humanos pueden incrementar la marginación y la discriminación. Estas organizaciones documentaron violaciones de derechos humanos ocurridas en el contexto de proyectos impulsados supuestamente con fines de desarrollo, actividades de industrias extractivas que han expulsado a poblaciones indígenas de las tierras que ocuparon tradicionalmente y políticas de desarrollo que han causado el desalojo forzado de personas que pertenecen a los sectores más pobres.
El acuerdo que se alcanzó en la Cumbre Río+20, y que dio origen al texto de la resolución denominada “El futuro que queremos”, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2012, reafirma la importancia del respeto de todos los derechos humanos, entre ellos el derecho al desarrollo, a un nivel de vida adecuado, a la alimentación, a la igualdad de géneros. Reafirma la importancia de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de los demás instrumentos internacionales de protección y promoción de los derechos humanos. Al mismo tiempo pone de relieve la responsabilidad de los Estados de respetar, proteger y promover los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinción alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, discapacidad u otra condición.
Se puede afirmar entonces, que la sustentabilidad de los sistemas agropecuarios y naturales está indisolublemente relacionada con los derechos humanos. Por ello el Grupo de Estudio y Trabajo en Derechos Humanos de la Facultad de Agronomía aporta a este espacio virtual materiales audiovisuales que promueven la reflexión sobre la construcción de los derechos humanos a través de la historia, presentando una línea de tiempo elaborada por el Grupo, y videos filmados en el período 2009-2012 en la Facultad durante conferencias de expertos invitados que compartieron con nuestros alumnos y docentes sus conocimientos sobre la historia y características de los derechos humanos, la complejidad de la protección del derecho a un ambiente sano y la situación de los trabajadores rurales, lo que implica no sólo seguridad laboral sino también cuestiones de género y de protección de los niños ante el trabajo infantil.
Esperamos que el material sea de tu interés.
[1] Max Neef, M; Elizalde A., Hopenhayn, M. 1996. Desarrollo a escala humana. Una opción para el futuro. Development Dialogue. CEPAUR